La dislexia y las faltas de ortografía están directamente relacionadas.
Las personas con dislexia no automatizan la identificación de palabras (lectura) y/o la escritura de las mismas. Persentan dificultades en la codificación grafema- fonema, es decir, el mundo se codifica para todos ellos en un lenguaje mucho más difícil de decodificar, incomprensible, por eso tienen dificultades para establecer la relación entre lo que ven, cómo se escribe o cómo se pronuncia. Esto es lo que da lugar a cometer errores ortográficos.
Una de las principales caracterÍsticas de las personas que padecen esta dificultad de aprendizaje, es el hecho de cometer faltas de ortografía. Estas pueden darse tanto en la ortografía natural como en la arbitrária.
TIPOS DE ERRORES ORTOGRÁFICOS:
Los errores ortográficos en un dislexico tienen un origen neurobiológico, sin afectar a la inteligencia general. No tiene que ver con la ignorancia de la lengua en que se escribe. De tal forma que aunque una persona con dislexia se aprenda las reglas de ortografía o aunque esté entrenada para no cometer faltas, esto no garantiza que no se sigan incorporando errores ortográficos a sus escritos.
Los errores ortográficos pueden afectar negativamente los resultados académicos de estos estudiantes, pudiendo llevar a obtener calificaciones más bajas durante la etapa escolar y universitaria. Algo tremendamente injusto ya que, del mismo modo que no pretendemos que un invidente lea textos en tinta, tampoco podemos pretender que una persona con dislexia no cometa errores ortográficos. Sumado a ello, minan la imagen de las personas con dislexia haciéndolos parecer menos inteligentes y más despistados que los demás dando lugar a burlas, chascarrillos y comparaciones por parte de compañeros y docentes.
Por esto, es pertinente hacer hincapié en que los errores ortográficos de las personas con dislexia, a pesar de tener una apariencia parecida a los de las personas sin dislexia, tienen un fundamento neurológico; razón por la cual los disléxicos tienen más dificultades en reconocerlos de forma consciente.
En definitiva, si su hijo o hija, invierte las palabras o las letras, lee muy lentamente o se atasca, comete muchas faltas de ortografía, le cuesta memorizar las listas, los meses del año, las tablas de multiplicar o los números de teléfono... sospeche de la dislexia.
Para más información con referencias científicas lo puedes encontrar en el informe de Luz Rello sobre “Dislexia y Ortografía”
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