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Recomendaciones en la familia
Es mucho el trabajo que, desde la familia, podemos hacer. El papel más importante para los padres de niños disléxicos es el apoyo emocional y social.
El niño debe de saber que los padres comprendemos la naturaleza de sus problemas. Esto requiere que con frecuencia tengamos que dar al niño alguna explicación acerca de sus dificultades disléxicas.
El mensaje importante que hay que comunicar es que todos los implicados sabemos que el niño no es tonto, vago ni inútil y que lo mas seguro es que se haya tenido que esforzar mucho más en su trabajo para alcanzar su nivel actual de lectura y escritura.
También es importante comunicarle que le seguiremos queriendo, aunque no vaya bien en el colegio.
Hay que evitar que nuestra ansiedad aumente sus problemas ya que les generamos dificultades emocionales añadidas. Para evitar estas consecuencias negativas debemos:
Dejar siempre claro que alcanzar lo que se quiere es posible, aunque requiera de un mayor esfuerzo.
Comentar con ellos las dificultades que, en muchos casos, algunos de los padres tuvimos también en nuestra infancia.
No hacer nunca comparaciones.
Nunca hacer comentarios negativos hacia ellos; se evalúan y corrigen los comportamientos, pero no las personas.
No decirles jamás que son “vagos”, “ torpes”, “inútiles”
Buscar y potenciar las habilidades y cualidades fuera de las del estudio.
Potenciar la autoestima, valorar el esfuerzo y sus progresos.
Ser pacientes, asegurarse de que ha entendido las instrucciones antes de regañarlo por no haberlas cumplido.
Si hacer los deberes con ellos genera mayor tensión en la familia, procurar que esto lo realice una persona ajena.
Recomendaciones en la escuela
Es imprescindible que todo niño disléxico reciba un tratamiento especifico. Pero es crucial que al mismo tiempo se atienda en el aula su problema. La atención escolar se debe basar primordialmente en la comprensión del trastorno.
Se debe huir tanto de medidas sobreprotectoras, como de actitudes no basadas en el hecho de que la dislexia es un trastorno biológico.
Por tanto debe quedar muy claro que el problema no viene condicionado por una falta de motivación o pereza.
También seria una interpretación errónea atribuir las dificultades del disléxico a un nivel bajo de inteligencia. Se recomiendan una serie de normas que deberán individualizarse para cada caso. Con ello se pretende optimizar el rendimiento, al tiempo que se intenta evitar problemas de frustración y perdida de autoestima, muy frecuentes entre los niños disléxicos.
Estas recomendaciones son las siguientes:
Dar a entender al alumno que se conoce el problema y que se hará todo lo posible para prestarle ayuda.Hacerle sentar en las primeras filas, cerca del profesor, para prestarle la mejor ayuda.
Se le debe ayudar a pronunciar correctamente las palabras.
No utilizar el método "global", para el aprendizaje de la lectura.
No se debe pretender que alcance un nivel lector igual al de los otros niños.
Prestarle una atención especial y animarle a preguntar cuando tenga alguna duda.
Se debe comprobar siempre que ha entendido el material escrito recibido.
Se debe comprobar que el material que se le ofrece para leer es apropiado para su nivel lector.
Se deben valorar los trabajos por su contenido, no por los errores de escritura.
Siempre que sea posible se deben realizar las valoraciones oralmente.
Se debe recordar que requiere más tiempo que los demás para terminar sus tareas.
Se deben tratar de destacar los aspectos positivos en su trabajo.
Se debe evitar que tenga que leer en publico.
Se deben valorar los progresos de acuerdo con su esfuerzo, no con el nivel del resto de la clase.
Se le debe permitir, si le resulta útil, el uso de la calculadora y grabaciones.
Se le deber permitir el uso de medios informáticos y el uso de correctores ortográficos.
Se le debe enseñar a tomar apuntes mediante notas breves, que sinteticen el contenido de una explicación.
Se le deben poner menos deberes de lectura y escritura.Siempre que sea posible no se le deben hacer copiar grandes "parrafadas" de la pizarra si es posible darle una fotocopia.
No se le debe ridiculizar nunca.
En una prueba escrita no se le deben corregir todos los errores de escritura.
No se le debe hacer repetir un trabajo escrito aunque no esté bien hecho.
Se debe aceptar que se distraiga con mayor facilidad que los demás, puesto que la lectura le comporta un sobreesfuerzo.
Debemos considerar que escuchar y escribir silmultaneamente le puede resultar muy dificil.
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